La señora, el de ojitos claros y el síndico de la quiebra
La lectura que le siguen haciendo en los medios a Milei está más centrada en el aspecto de su persona, en su plano místico y las formas, no en el significado de lo que él dice, que es mucho más preocupante que la sonoridad de sus palabras.
Empecemos por hacer una lectura de cómo le fue a Milei en CABA y GBA, y cómo le fue en las provincias. ¡Y son las provincias las que le dieron el músculo, no los subsidiados (privilegiados)!
Y continuando en esta línea de análisis, de llegar Milei a ser presidente, algo bastante posible al parecer, es inevitable pensar en la gobernabilidad que tendría su gobierno, porque sin gobernadores, ni suficientes diputados y senadores, aunque haya ganado en 16 provincias, su poder estaría encerrado en el cargo mismo, y nada más.
Ante esta hipotética pero posible coyuntura, se vislumbran dos posibles enfoques: por un lado, la negociación con las provincias, generadoras de las riquezas legítimas del país, por sus recursos naturales, empresas, comercio y ubicación geográfica, que buscarán condiciones de trato marcadamente diferentes a las que mantienen con el Estado central hasta ahora, especialmente en lo que respecta a la coparticipación, lo que termina reforzando la idea núcleo de todo su discurso de reducción del Estado, dándole lugar a otra idea que detenta Santiago Cúneo, sobre la disolución de la República tal como la conocemos hoy, para transformar nuestro país en una confederación de estados provinciales, o el peor de los escenarios, si ese virtual trono que ocuparía, el León decide no ceder ante los pedidos de las provincias, y sale con una medida un poco más a tono con su discurso público, como es la disolución del congreso, gobernando por decretos y apelando al consenso de los ciudadanos a través de plebiscitos (¡que ya lo dijo!) para legitimar todas sus decisiones, pasándose la CN por el tujes las Instituciones (recuerden que nunca se lo escuchó hablar de otra CN que no sea la de Alberdi).
O es Alberto Fujimori o es Rafael Castillo. Otra, no hay.
Ambos escenarios no le serán de mucho agrado para la «casta» política, hacia la cual dirige su discurso, englobando tanto a los pituquitos de Recoleta como a los privilegiados VIP, así como a los planeros del conurbano, que no concederán ni un solo privilegio sin resistirse, incluso apelando a la violencia.
Esta posibilidad subraya la validez de la percepción que tiene Milei sobre el problema y lo evidenció el respaldo que abarca casi una tercera parte de la población en las últimas PASO. En este contexto, resurge la antigua antinomia de Unitarios y Federales, aunque este hipotético escenario, los “unitarios” solo habitan en uno pocos barrios de CABA y principalmente, en los ministerios y en el Congreso de la Nación.
Repito, en ese hipotético contexto, ¿qué hará la CGT?, que duerme una larga siesta desde hace ya ocho años. ¿Los gordos saldrán a embanderarse junto a sus enemigos históricos, la sociedad rural y los poderes concentrados?
Por otro lado, ¿los trabajadores, las bases, los desempleados, los jubilados, desbordados por la incertidumbre y la inminente destrucción de los convenios colectivos de trabajo les pasan por encima a las estructuras?, algo que terminará legitimando la veracidad del diagnóstico de Milei y dará paso la propuesta de reforma laboral, sin escalas.
Las organizaciones sociales le plantan cara y salen en protesta masiva. Con solo dos pases mágicos (léase dinero, un poco dinero, algunas negociaciones y pocas promesas) los calman, fracturan la columna vertebral de la protesta pero no solucionan el problema, porque el camino real es hacer un Marketplace de mano de obra especializada y barata. Más jodidos, más baratos y aceptando cualquier reforma laboral con tal de traer algo de comer a casa, todo al grito de «Viva la libertad, carajo!«
Los empleados públicos sin representación sindical fuerte y con mucha culpa y miedo, porque saben que la función de servidor público con la que fueron distinguidos no fue cumplida (ñoquis, asesores, etc.), entran en pánico, y deciden parar toda la administración pública, jodiendo a maestros, médicos, jubilados para hacer sentir su peso, pero a fin de mes no cobran sus salarios, entonces tienen que ceder y pronto pierden sus privilegios, terminando en el Marketplace de mano de obra desocupada. Otro argumento que le da sentido a la reforma laboral.
La justicia, en este hipotético escenario, no le queda otra que ser oficialista a rajatabla, aunque tenga que «interpretar» de una manera distinta la ley, solo para mantener sus privilegios por un tiempo, aunque más pronto que tarde, cada juez y cada fiscal sabe que pasarán a ser cuestionados y sancionados si no se cumplen las expectativas del León. Si no se hace lo que se quiere y se ordena por decreto, entonces compulsa popular, que es la voz soberana y el verdadero Estado en acción y control de la realidad.
Los policías empiezan a cobrar mejor que todos, porque son los encargados de preservar y defender con su vida la propiedad privada de otros, de patrones que no conocen, pero que han comprado su lealtad y patriotismo con salarios que están por encima de cualquier científico nuclear o que una maestra o un médico.
Nunca tomes decisiones en caliente
Y así podría seguir, pero hay que decir también que toda esta realidad solo fue posible gracias a que un día nos enojamos con una señora, que es un poco jodida para dialogar, y que nos pusimos mal porque nos dejaba un país con el 25% de inflación, un salario más o menos justo y desendeudados. Y que un día nos jodió tanto su carácter, sus cadenas nacionales, su discurso y que llegó un señor de ojitos claros, que se autopercibe empresario, aunque jamás creó algo de valor para la sociedad, y que cuando el padre lo dejó por primera vez a cargo una empresa, terminó siendo procesado por la Justicia por contrabando, y nos dijo a todos, y en la cara, y por todos los medios de comunicación, que la señora era la culpable de todos nuestros males y que él tenía la solución, que todo era cuestión de cinco minutos y nada más.
Este señor de ojitos claros no solo nos dijo que la culpable era la señora, sino que también lo eran sus padres, sus abuelos y sus bisabuelos, junto a toda su familia sanguínea y política, todos, sin olvidarse de nadie. Ah! y que el hijo era un vago que jugaba a la play todo el día y que por esto también nos había ido mal en la economía y como sociedad.
El señor de ojitos claros se juntó con los excompañeros del cole y además le pidió asesoramiento a un científico social, que le ayudó a construir un mensaje violento pero edulcorado, engañoso pero tranquilizador para la mayoría de sus clientes (los votantes) y un día llegó a ser presidente porque así lo decidió la sociedad, los mismos que estaban enojados con la señora.
Luego el señor de ojitos claros, ya siendo presidente, se juntó con otros amigos (mucho más rápidos que él, lejos) y en sucesivas reuniones, donde el brainstorming, thinktanks y retiros espirituales, todos eventos pagados por todos los ciudadanos que lo habían elegido a él, pero no a sus amigos, decidieron que lo mejor que podían hacer para mejorar el futuro de todos (esos amigos), era endeudar al país, o sea a todos nosotros, y así lo hicieron.
El plan no resultó, y al señor de ojitos claros no lo volvieron a elegir como el representante de todos los ciudadanos, y lo echaron a patadas porque nos verseó y nos endeudó, dijo el pueblo, otra vez enojado. Entonces volvió aparecer la señora, y nos dijo que quien la tenía clara era el tío «que sabe un montón de todo ésto», aunque por esas cosas de la vida y la lógica más pura, y después de un montón de amagues y simulacros de virtuosidad, terminó siendo el síndico de la quiebra del país, o sea, de todos nosotros.
Más te agachás, más se te ve…
Y ahora, frente a otra desilusión generalizada de la señora, del señor de ojitos claros y del síndico de la quiebra, llegó Milei.
Sin embargo, lo novedoso radica en la posibilidad de que todo lo nuevo, lo que aún está en modo potencial de ocurrir, quizás sea peor para todos. Solo hace falta sacar la cabeza por la ventana y analizar lo que sucede en Perú, Bolivia, Ecuador y El Salvador para comprender con más precisión el contexto.
Lo seguro es que nunca llegaremos, por la lógica de nuestras decisiones colectivas, a convertirnos en lo que muchos anhelan: ese país del norte civilizado y próspero, donde la opulencia es común, los autos lujosos son la norma, las mansiones son hogares habituales de los trabajadores y, sobre todo, las ganancias ascienden a miles, incluso millones de dólares por segundo, incluso siendo un lavacopas. Este escenario de dicha completa, por el momento parece inalcanzable.
Para finalizar, una recomendación: si tu idea es ser el próximo San Martín, empezá por abrirte una cuenta en TikTok.
Pd: y el síndico de la quiebra, Alberto Fernández, ¿dónde está?
Las opiniones expresadas en Argirópolis son responsabilidad exclusiva de sus autores. Este espacio se ofrece como una contribución al debate inteligente y sereno sobre temas que afectan a nuestra sociedad. La publicación de un artículo no implica que Argirópolis valide como propias las argumentaciones, opiniones, premisas, teorías o conclusiones expresadas en él. En línea con el propósito de promover el debate y la comprensión de nuestra realidad, se publicarán todos los artículos que cumplan con estos requisitos, sin importar su contenido ideológico. Sin embargo, Argirópolis no aceptará opiniones que promuevan la violencia o que discriminen por motivos de raza, sexo o religión.