El Sonido de la Libertad
Uno de los problemas más preocupantes y más sometidos al olvido a los pocos días de haberse producido, es la desaparición de niños y adolescentes. En Argentina, cerca de cien familias continúan buscando a sus niños, algunas desde hace varios años.
Entre la vida y la muerte existe una tercera opción: la incertidumbre de no saber qué pasó con el ser querido. Cuando digo que pasan rápidamente al olvido, me refiero a que con la vorágine con que ocurren las cosas a nuestro alrededor y la velocidad de la comunicación, muchas tragedias como la desaparición de niños son reemplazadas por otros hechos, y quedan prácticamente solos con su dolor y su incertidumbre la familia del niño que nadie sabe dónde está, porque aparentemente las cosas siempre les ocurren a los otros.
A veces, en caso de adolescentes se ha comprobado que la desaparición ha sido voluntaria, ya sea por desavenencias familiares o por cuestiones amorosas pero son muchos los casos que con el correr del tiempo se dan por desaparecidos y se los continúa buscando ya con los medios y los sistemas agotados, esperando que aparezca algún indicio de ellos, alguna pista… y el tiempo pasa.
Entre la vida y la muerte existe una tercera opción: la incertidumbre de no saber qué pasó con el ser querido.
Según las estadísticas más del 76% de adolescentes desaparecidos, son de sexo femenino. Se habla de trata de blancas o de esclavitud sexual, una nueva forma de sometimiento a servidumbre, robo de órganos, pornografía y pedofilia.
Uno se pregunta si el humano puede llegar a tal monstruosidad solo por satisfacer sus instintos o por ganar dinero o aún por gastar su dinero consumiendo este tipo de horrores.
Qué podemos pensar cuando desaparecen niños de 4, 6 u 8 años, sabemos que no puede a esa edad tomar una decisión como lo puede hacer un adolescente que ya tiene una historia de vida, solo se puede tratar de robo de personas.
Si entramos a la página de Missing Children podemos ver esas caritas, rostros de pequeños y pequeñas de los que hace tiempo, meses o años que no se sabe nada de ellos, que desaparecieron del lado de sus padres en segundos, como si la tierra se los hubiera tragado, muchas de esas fotos a través de identikits proyectados se muestran cómo serían sus rostros hoy, después de tanto tiempo.
A través de las películas hemos aprendido que están por un lado los buenos y por el otro los villanos, y en muchos casos, y éste es uno de ellos, la realidad supera a la ficción. Se habla hoy en todos los medios de una película que está causando furor de taquilla en los países donde se puede ver, no tanto por lo que técnica o artísticamente significa, sino porque es un documento que desnuda una horrorosa realidad como es el robo de niños, la película en cuestión se llama «Sound of Freedom”, traducido al español como “Sonido de la libertad”, basada en un caso de la vida real.
![](https://www.argiropolis.ar/wp-content/uploads/2023/07/soud_of_freedom_01.png)
El filme ha recibido el apoyo de diversas celebridades, como Mel Gibson, que apadrinó el filme de Alejandro Monteverde por denunciar el inhumano tráfico de niños.
No voy a expoliar el filme por lo que voy a decir únicamente que este agente de la CIA desde el momento en que decide profundizar la investigación de la desaparición de niños, mucho más allá de la identificación y detención de los consumidores de pornografía infantil, que era su trabajo, descubre que se trata de una red mundial, una cuestión de jurisdicción que hacía imposible su investigación por la magnitud de semejante horror.
No solo lo trágico era la globalización sino los intereses que se movían alrededor de esta monstruosidad. La película estuvo cinco años guardada (vaya a saber por qué) en los estudios Disney y luego fue vendida y apoyada por artistas como Mel Gibson y otras personas que pusieron mucho dinero para que se proyectara y la gente la conociera. Asimismo, hubo empresas que se negaron a ofrecerla, como por ejemplo Netflix, no vamos a arriesgar una opinión del por qué. Lo que sí sabemos es que la red de corrupción es tan grande y a nivel mundial que involucra a políticos, multimillonarios, personas destacadas de la justicia que como siempre, están protegidas por la cápsula de la impunidad.
![](https://www.argiropolis.ar/wp-content/uploads/2023/07/sound_of_freedom_1366_2000-1024x683.jpeg)
Argentina no es ajena a este terrible y horroroso flagelo. El secuestro y desaparición de niños es una de las formas más graves de violación de los derechos humanos y un crimen atroz. Los objetivos detrás de estos actos pueden variar según el contexto y las circunstancias específicas de cada caso, pero algunas posibles razones incluyen tráfico de personas, extorsión, adopciones ilegales, trabajo infantil, tráfico de órganos y otros delitos.
En algunos casos, la corrupción policial y política puede tener un impacto significativo en la seguridad y la protección de los niños, incluidos los riesgos de secuestro y desaparición. La corrupción en estas áreas puede debilitar la capacidad del sistema de justicia para prevenir, investigar y responder adecuadamente a los casos de secuestro y desaparición de niños, lo que puede poner en peligro su seguridad y bienestar.
Es fundamental tener en consideración que estos actos constituyen crímenes de naturaleza moralmente condenable. La desaparición de menores ocasiona un profundo sufrimiento a las familias y acarrea graves consecuencias para la sociedad en su totalidad. Corresponde a los gobiernos, las fuerzas de seguridad y la sociedad en su conjunto asumir la responsabilidad de trabajar en la prevención de estos delitos, así como en la búsqueda, rescate y salvaguardia de los niños desaparecidos. Asimismo, es imperativo adoptar medidas efectivas para perseguir y sancionar a los responsables de estos actos, asegurando la plena aplicación de la justicia.