EN QUÉ MANOS HEMOS CAÍDO
Recuerdo que por los años 1971 al 1979 en un país africano de nombre Uganda había surgido un presidente llamado Idi Amin Dada, que llega al poder por un golpe de estado pero, que como gozaba de cierta simpatía por el pueblo, lidera el país por ocho años, y que destruye la constitución nacional, cierra el congreso y pone amigos suyos militares y políticos totalitarios en el gobierno, lo que lo convierte en pocos años en un dictador que no solo ejercía un poder tiránico y despótico, sino que al que se le oponía, se lo comía (olvidé decir que era caníbal). Esta historia es mucho más suculenta, por lo que voy a sugerir que el lector busque información que seguramente le va a parecer entre entretenida y trágica.
De más está decir que al principio simpazaba con Israel y tenía serios problemas diplomáticos con la mayoría de los países que lo consideraban como lo que era: un demente.
Los que como yo ya tenemos un largo camino recorrido en este valle de sorpresas, seguramente recordarán que fue un fenómeno mundial y hasta los programas de televisión en el mundo, tenían un personaje payasesco que recreaba farsas cómicas con la figura de Idi Amín, y a pesar de mi juventud en aquellos años, me preguntaba cómo se podría concebir semejante fantochada en que estuviera implicado el presidente de un país, tal fenómeno solo podría producirse una vez cada miles de años y por algún error en la “física cuántica”, por decirlo de alguna manera.
Hoy, reconozco que me equivoqué, y que no somos inmunes al ridículo inclusive en la Argentina con respecto a los políticos que aparecen por este sorprendente siglo XXI.
No se llama Idi Amín Dada y (por ahora), no se mastica a sus opositores, pero está loco igual; es un psicópata demente idéntico, desprecia al Congreso, simpatiza con los criminales de lesa humanidad, muestra su alianza con Israel en el momento que están llevando adelante un genocidio en Palestina, rompe relaciones con los países más importantes con los que tenemos negocios, no gobierna, desde hace seis meses que es presidente y ha viajado 22 veces y no ha conseguido atraer ninguna inversión, pero sí muchas fotos con gente importante del mundo, en donde aparece como fan, más que como Jefe de Estado y nos ha sumido en una crisis económica con altísimos índices de desocupación, pobreza, hambre y gente durmiendo en la calle.
Se comporta como un adolescente que está en viaje de estudios como muestra en sus fotos, en otros países lo parodian los actores cómicos por la televisión, mientras que el país cae en picada ante el vacío de poder y la acefalía donde se vive en el reino del “sálvese quien pueda”, los problemas económicos son siderales y ni siquiera podemos pensar en alguno de sus políticos porque son todos salidos del mismo inframundo donde habita este sociópata que se llama Javier Milei.
Los ciudadanos que no los votamos y los infradotados que sí los llevaron al poder, observamos impotentes cómo destruyen el país y cómo al igual que las horribles bestias del inframundo se pelean y compiten entre ellos.
De pronto se muestran sobre un tanque de guerra y cada uno muestra su mejor perfil para los imbéciles que todavía creen en ellos y mientras sus súbditos van a la cárcel a consolar genocidas, la vicepresidenta pretende dar un discurso fundacional patriótico de los orígenes de nuestro país bastardeando la sangre de nuestros héroes, indios y gauchos que plasmaron nuestra independencia, justo ellos que con sus políticas de cipayos nos vuelven a poner bajo el dominio de las corporaciones globalizadas.
Este engendro del inframundo de la política es nada más que un gerente del sionismo internacional bajo la autoridad de Eduardo Sergio Elsztain, un empresario argentino y presidente de las compañías de real estate IRSA e IRSA Propiedades Comerciales, del Banco Hipotecario, y de las agropecuarias Cresud y BrasilAgro. Es también presidente de la compañía Austral Gold, de la Fundación IRSA, y es cofundador de Endeavor Argentina.
Es patético y tragicómico, pero esta catástrofe está ocurriendo y nadie hace nada para frenarla, del mismo inframundo surgieron Idi Amín, Hitler, antes fueron Calígula y Nerón o el Sultán responsable del genocidio armenio, o Videla, Massera y Galtieri, todos surgidos del mismo retrete que Milei, la hermana y la cruela de vil: Sandra Petovello entre otros.
Al africano lo depusieron y lo condenaron a muerte, con tanta suerte que pudo escapar y vivir en el exilio hasta su muerte hace pocos años en un país árabe, pero Milei sigue en su lugar.
Milei sigue ahí.
En qué manos hemos caído.