LA REALIDAD ES LO QUE NOS CUENTAN
En el mundo de la política, los medios de comunicación y hasta en las grandes empresas, hay figuras que trabajan en las sombras para moldear la opinión pública a su favor. En nuestra cultura le llamamos “asesores”, “consultores”, pero también se los conoce como spin doctors y su misión no es simplemente tan solo comunicar, sino influir en la forma en que la gente interpreta la realidad.
A diferencia de un portavoz tradicional, esa persona que transmite mensajes oficiales, los spin doctors diseñan estrategias para manipular la percepción de los hechos, dando un «giro» (spin, en inglés) conveniente a la información.
Moldear la Opinión Pública
El spin doctor no miente de manera directa, pero usa técnicas para hacer que una noticia, un mensaje se perciba de cierta forma. Su trabajo es similar al de un ilusionista: juega con lo que el público ve y oculta lo que no le conviene mostrar, evitando así controversias, preguntas incómodas y malos momentos.
Por ejemplo, si un gobierno enfrenta una crisis económica, en lugar de admitir que hay recesión, puede presentar la situación como una “desaceleración del crecimiento” o decir que es un “desafío temporal en el camino hacia el progreso”, lo que comúnmente le llamamos eufemismos o incluso hasta ironías o descalificaciones. La realidad es que sí, se está diciendo que existe una crisis, que el problema existe, pero el encuadre de la información (framing) hace que parezca menos grave si se lo transmite con una narrativa que suena más profesional o que simplemente se desvíe hacia lo moral.
Otra técnica común es la distracción. Si un político está envuelto en un escándalo como el que vivimos por estos días, el spin doctor puede generar una noticia llamativa en otro ámbito para desviar la atención, como ser con la noticia que el Banco Nación se convertirá en una sociedad anónima. Pero el caso más emblemático que describe la tarea de estos “asesores”, es cuando en 1998, el expresidente de EE.UU. Bill Clinton enfrentaba el escándalo (Monica) Lewinsky, ordenó un ataque militar en Sudán, lo que llevó a especular si era un intento de distracción mediática. Ambas cosas sucedieron, pero el escándalo sexual del presidente Clinton fue “tapado” por un hecho mayor, de seguridad nacional.
Los Riesgos
El principal riesgo de los spin doctors es que con sus creaciones distorsionan la realidad y lo peor es que puede hacer que la gente tome decisiones basadas en información manipulada, generando controversias donde no deberían existir. No es solo un problema de política o medios de comunicación, y para ser más precisos, también ocurre en el mundo corporativo y en redes sociales.
Seguramente recordarán que, en el 2015, la automotriz Volkswagen manipuló datos para hacerle creer al mundo que sus autos diésel eran menos contaminantes de lo que realmente eran. La estrategia de comunicación intentó minimizar el impacto de la noticia, llamándolo un «problema técnico» en lugar de lo que realmente era: un fraude masivo, que luego la empresa terminó pagando multas multimillonarias por haber dado una versión “edulcorada” del verdadero problema.
En terreno de la política, los spin doctors influyen en elecciones, presentando a candidatos como “el mal menor” o exagerando logros insignificantes para crear una imagen positiva.
En tiempos de crisis, como los que no toca vivir hoy, suelen desviar la conversación hacia temas emocionales, como la identidad nacional o la seguridad, para que el público no se concentre en problemas reales.
Este tipo de manipulación contribuye a lo que hoy también se conoce como posverdad, un fenómeno en el que la verdad objetiva pasa a un segundo plano y lo importante es lo que la gente cree o siente sobre un hecho, no la verdad misma.
Tarea para el que escucha
Detectar la manipulación de un spin doctor requiere prestar atención a ciertos patrones. Uno de ellos es el lenguaje utilizado. Cuando una noticia evita términos directos como “despidos”, por ejemplo, y en su lugar dice “reestructuración de personal”, la realidad es que hay un intento de suavizar el impacto del mensaje.
Otra señal es la repetición. Si un político o empresa insiste demasiado en una idea (“nunca hemos estado mejor”, “este es el mejor gobierno de la historia”), lo que se intenta es instalar en el subconsciente de la gente una percepción, basada en la emoción más que informar sobre datos y hechos concretos.
Comparar
Comparar distintas fuentes de información también nos ayuda. Si varios medios presentan un tema con enfoques opuestos, es útil preguntarse qué datos están dejando afuera o de qué forma los están enmarcando. Ahora si todos los medios están diciendo lo mismo, seguramente estamos frente a una estrategia comunicacional. Si muchos lo dicen, y dicen lo mismo, entonces es verdad, aunque no sea verdad.
Los fact-checkers o verificadores de datos son otra herramienta clave. Organizaciones como Chequeado, FactCheck.org o Snopes analizan afirmaciones de políticos y figuras públicas para contrastarlas con datos reales.
Finalmente, y para no marear más al lector, el pensamiento crítico es la herramienta más eficaz contra la manipulación. En un mundo donde la información circula tan rápido y los spin doctors trabajan sin descanso para influir en lo que la gente piensa y siente, entender cómo funcionan sus estrategias es el primer paso para no caer en sus trampas.
La Decisión Está en el Lector
Al final, la pregunta que queda en el aire es si la realidad que creemos conocer es realmente la que es, o si solo es una versión moldeada para ser creíble. Porque lo verosímil y lo real no siempre coinciden, más en los tiempos que vivimos desde hace ya más de una década.
Para que no nos confundamos, lo verosímil es aquello que suena lógico, que encaja con nuestras emociones y creencias previas, pero puede no ser la verdad o tan solo es parte de ella. Es lo que un spin doctor construye para que acepte el público sin cuestionar demasiado. Lo real, en cambio, no necesita ser convincente; simplemente es. Pero para llegar a la verdad, hay que buscarla, contrastarla, dudar de lo que parece demasiado perfecto, evidente o demasiado conveniente, de lo que necesitamos escuchar.
Cada persona decide qué creer. La diferencia está en si se elige creer lo que parece verdad o si se está dispuesto a cuestionar hasta encontrar lo que realmente es verdad. Y esa, en última instancia, es la única decisión que el spin doctor no puede tomar por el público.
Glosario
- Spin doctor: Estratega de comunicación especializado en manipular la percepción pública mediante la interpretación selectiva de hechos.
- Framing: Técnica de encuadre que consiste en presentar la información de manera que favorezca una determinada interpretación.
- Posverdad: Situación en la que los hechos objetivos pierden importancia frente a las emociones y creencias personales en la opinión pública.
- Fact-checker: Organismo o herramienta de verificación de hechos que analiza la veracidad de las afirmaciones de figuras públicas.
- Verosímil: Aquello que parece verdadero o creíble, aunque no necesariamente lo sea.
- Real: Lo que existe objetivamente, independientemente de la percepción o interpretación de las personas.