Los medios de incomunicación. Los matices de la violencia.
La violencia de género se presenta como el símbolo más brutal de desigualdad existente en la sociedad, nos referimos a la violencia ejercida contra las mujeres por el hecho de ser mujeres.
Para la mayoría de las personas, esos mensajes son tomados como verdaderos y, además como formadores/educadores, es decir, que los toman como sinónimos de verdad, y a partir de ellos, buena parte de la población elabora sus juicios y opiniones sin realizar un análisis profundo de sus contenidos…“el orden patriarcal es un orden de propiedad social y privada de las mujeres a través de la apropiación, posesión, usufructo y desecho de sus cuerpos vividos, su subjetividad y sus recursos, bienes y obras. Las normas regulan el control de su sexualidad, sus capacidades reproductivas, su erotismo, su maternidad, su capacidad amatoria, su trabajo incluso su salud. Los controles permiten que otros se apropien de la atención y de las capacidades de las mujeres, y se aseguran que las mujeres sientan que no tienen control sobre sus cuerpos y sus vidas plenamente enajenados”.
Todos sabemos que los medios de comunicación cumplen un papel importante en la sociedad civil, no solo en el aspecto informativo sino también y sobre todo por la credibilidad y legitimidad.
Respecto a estas “noticias” nos encontramos ante el peligro de un imaginario confuso y distorsionado presente en nuestro colectivo como sociedad consumista de todo lo que vende la propaganda, la publicidad o los mensajes de los medios de comunicación masivos. En este sentido, se hace más cuesta arriba la lucha feminista por hacer comprender que la violencia se expresa como un todo estructural y se manifiesta libremente y sin grandes cuestionamientos.
La estructura en que los Medios de Comunicación Social presentan el término o frase “ser mujer” es especialmente preocupante, debido a que, y, entre otras cosas, al crecimiento vertiginoso de la llamada televisión por cable y de las distintas redes sociales, que proliferan casi sin ningún control social, institucional y estatal, basándose casi siempre en anonimatos que fomentan y refuerzan la violencia de todo tipo, de manera particular la violencia de género…“Los medios de comunicación son importantes canales para transmitir información en una sociedad. Sus mensajes pueden alterar o fortalecer las costumbres y el comportamiento social, y movilizar a los ciudadanos para adoptar medidas progresistas. Lo ideal sería que los medios de comunicación se caracterizan por su veracidad e imparcialidad, pero en realidad su cobertura informativa no suele ser muy precisa, incluso en lo referente a las mujeres y a sus perspectivas.
Las mujeres que se dedican a la política, por ejemplo, pueden no aparecer mucho en las noticias, ya sea antes de las elecciones o después de ellas. De hecho, es posible que sólo se presente a las mujeres como víctimas o celebridades”.
Hoy tenemos a nuestro alcance y en todos los canales de televisión lo sucedido hace días, el intento de “magnicidio”, no solo este término cabe a esta situación, sino también intento de femicidio, donde no solo se trata de una vicepresidenta, sino también una mujer. Estamos atravesados por múltiples formas de desvalorización hacia la mandataria; podemos dar infinidad de ejemplos de fogoneo que hacen estos medios hegemónicos de comunicación, cuando hacen reportaje a grupos de manifestantes que están en contra del actual gobierno, ofertando al sicariato local formas de cómo debían asesinar a la mandataria, acompañado de cantidades de noticias falsas, noticias que, aunque se descubre que no son reales jamás salen a desmentir.
Medios de comunicación social masiva, incitando a la sociedad al crimen de un mandatario.
Es imprescindible que no nos olvidemos que el sistema de dominación mundial es patriarcal, por lo tanto, los medios hegemónicos de comunicación en nuestro país pertenecen a un grupo de rancios hombres conservadores de derecha donde demuestran y apoyan entre sí, su supremacía sobre las mujeres.
Es necesario reconocer que en las mujeres reposa todavía el gran peso de la responsabilidad familiar, y que educan desde los patrones que recibieron a lo largo de sus vidas, pero también es cierto que esos patrones, cada vez más, se refuerzan a través de los Medios de Comunicación.
Son estos igualmente los responsables de gran parte de los males que sufren las mujeres y sus familias, en particular las niñas y niños, que se formarán evidentemente a partir de dichos patrones.
En este sentido, luchar por un tratamiento igualitario en el discurso mediático equivale a lograr una visibilización y un tratamiento más justo para las mujeres y en definitiva para la sociedad en general.
(1) Idid, p.61. ONU-Mujeres (2016) Recuperado en: http://www.unwomen.org/es/what-we-do/leadership-and-political-participation/media)
(2) ONU-Mujeres (2016) Recuperado en: http://www.unwomen.org/es/what-we-do/leadership-and-political-participation/media)
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