OLOR A ACUERDO
En un rincón reservado de un restaurante de alto nivel, dos fuerzas se enfrentan, cada una con sus estrategias y aliados, en una negociación que parece destinada al fracaso. La tensión se corta como una hoja afilada, cada palabra es una daga disfrazada de cortesía. Pero entonces, algo tan inesperado como ridículo ocurre, un giro que podría haber salido de una comedia absurda. En ese lugar donde los trajes pierden su poder y la naturaleza humana se revela sin filtros, las reglas del juego cambian. Lo que antes era una batalla dialéctica se convierte en algo mucho más humano, algo que solo podría suceder cuando lo solemne se ve interrumpido por lo cotidiano.
Entre risas incontrolables y comentarios fuera de lugar, los protagonistas descubren que a veces la verdadera conexión no está en el intercambio de cifras y argumentos, sino en esos momentos de absurda vulnerabilidad que los hacen bajar la guardia. Como si la vida tuviera un retorcido sentido del humor, la negociación toma un rumbo inesperado, donde las tensiones se evaporan y las diferencias se diluyen, todo porque algo tan simple y tan humano los hizo recordar que, debajo de los trajes, todos somos iguales. Y así, la historia avanza hacia un final impredecible, donde lo serio y lo trivial se abrazan, y todos se encuentran pensando, «Bueno, al menos esto no fue lo de siempre».