Pena de cárcel o Pena de hambre
“Mujeres en la Encrucijada entre el Hambre y la Represión Política»
Ante un escenario de profunda escasez económica y la inaccesibilidad de alimentos, las mujeres emergen como uno de los sectores principalmente vulnerable en medio de medidas políticas económicas que generan condiciones de hambruna. En este contexto, la falta de acceso a uno de los recursos básicos como los alimentos, estas decisiones gubernamentales impactan desproporcionadamente sobre el sector más vulnerable de la sociedad, las mujeres.
Las mujeres, en su rol histórico de cuidadoras y proveedoras de alimentos para sus familias, se encuentran directamente afectadas por la escasez, llevando como cargas adicionales la responsabilidad de asegurar la alimentación de sus hogares. La represión y las amenazas hacia los movimientos sociales que intentan abogar por sus derechos, incluido el derecho a la alimentación, se imponen como un desafío adicional para las mujeres, limitando su capacidad de expresarse y movilizarse para mejorar su situación.
La represión no solo silencia a quienes intentan reclamar sus derechos para revertir las condiciones de precariedad que se está viviendo, sino que también se encuentran en riesgo de violencia y persecución, entrando en un estado permanente de amenazas. Este clima represivo no solo obstaculiza la posibilidad de hacer reclamos legítimos, sino que también erosiona los derechos fundamentales de expresión y participación ciudadana, generando un entorno de miedo e inseguridad. Esta situación muestra la urgente necesidad de reconocer y abordar las desigualdades estructurales que exacerban la hambruna y la vulnerabilidad de las mujeres.
Es fundamental que se respeten los derechos humanos y se proteja el derecho a la alimentación y a la expresión, incluso en contextos de conflicto político y represión.
En este panorama, las mujeres se enfrentan a riesgos adicionales, no solo por la escasez económica y la falta de alimentos, la posibilidad de violencia en un entorno donde la represión por parte del gobierno se encuentra bajo amenazas presente y de público conocimiento. La vulnerabilidad de las mujeres se manifiesta en la violación de sus derechos fundamentales, desde el acceso a una alimentación adecuada hasta la participación activa en la toma de decisiones.
Esta situación presenta una complejidad sociopolítica económica donde la falta de acceso a recursos básicos se convierte en un reflejo de desigualdades estructurales por decisiones gubernamentales.
Históricamente las mujeres, en particular, se encuentran en una posición precaria debido a desigualdades de género arraigadas, roles
tradicionales, y discriminación sistemática que limitan su acceso a oportunidades económicas y recursos esenciales. Increíblemente hoy dos mujeres ocupando lugares fundamentales en el gobierno actual, y son las que públicamente amenazan con represión y quita de subsidios a quienes salgan a movilizarse, esta actitud de amenazas va dirigida a quienes van en busca de abordar la crisis económica a través de reclamos legítimos.
La prohibición y las amenazas a la ciudadanía coartan la libertad de expresión y participación ciudadana, elementos esenciales para la construcción de sociedades justas y democráticas.