EL MORBO NO ES PERIODISMO
Si el dolor ajeno se convierte en entretenimiento, si el sufrimiento de alguien se usa como combustible para un titular, lo que está en juego no es solo la verdad, es nuestra propia humanidad
Si el dolor ajeno se convierte en entretenimiento, si el sufrimiento de alguien se usa como combustible para un titular, lo que está en juego no es solo la verdad, es nuestra propia humanidad
Hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una fecha para mirar atrás y reconocer cómo las leyes en Argentina han cambiado en favor de las mujeres.
Estamos atravesando una etapa en la que la frustración y el odio colectivo logró imponer un orden político. Estos nuevos fascismos no son otra cosa que el aborrecimiento visceral e irracional hacia quien no piensa de tal manera, es esa persona que no se ve como uno imagina que debe verse una persona, es esa…
A veces la realidad supera a la ficción que vemos en las películas, hoy la deshumanización globalizada a partir de los manejos del poder colonizador del capitalismo que impone políticas fascistas y violentas dirigidas por la ultra derecha conservadora, ha llevado a que el poder del dinero se imponga sobre los valores básicos de la especie humana.
El maltrato que sufren las personas mayores a menudo es sutil pero insidioso, tratados como si sus opiniones y experiencias ya no importaran o simplemente, son insignificantes.
A lo largo de nuestras vidas vamos moldeando una forma de ser y a medida que la circunstancia lo requiera vamos reinventando nuestro carácter y nuestra personalidad, a través de acciones en relación a lo volátil y apetitivo de nuestra naturaleza. Esta acción humana la podemos determinar como algo que queremos, deliberamos sobre la mejor manera de conseguirlo y tomamos una decisión acerca de la acción que debemos emprender para alcanzar el fin que nos proponemos.
No vemos nuestras miserias si no nos reflejamos en los otros, no nos vemos porque no queremos, pero sí nos sentimos seguros de que nuestra moral es la que corresponde de acuerdo a la categoría que le dimos al otro y eso nos habilita para utilizar nuestra moral de la crueldad: “sinvergüenza”, ni culpas.
En la actualidad somos víctimas de muchos que utilizan la lengua como una espada aguda, y, a medida que los medios de comunicación y las personas en general se dedican más a este pasatiempo, el mal uso del lenguaje y la información parece agregar más violencia y destrucción en nuestras sociedades. En el idioma corriente esta actividad destructiva se conoce como crítica negativa con la intención de hacer daño.
En sociedades conservadoras, los susurros corren de oído en oído, en conversaciones y murmullos, donde solo importa el qué dirán sobre esos “bichos raros” que conviven entre los “normales”, olvidando que estamos frente a personas que tienen las mismas necesidades, deseos y sentimientos.
Históricamente conocemos las distintas formas de desvalorización y desprecio hacia la mujer; desde el trabajo que fue divididos en roles atribuidos a mujeres y roles otorgados a los hombres, dotándolos de virtudes y valores, las labores femeninas eran consideradas inferiores y negativas, excepto al momento de la maternidad por su función procreadora, donde el hombre se proclama como único dador de vida y la mujer depositaria de vida.